Enero 25, 2025 -H-

Último momento, estalla la guerra de soldaditos para controlar el Cole


Viernes 24 de Enero de 2025, 5:00pm






24 de enero (Periodiquito de Alasita, El Compadrito).- En el patio de un colegio de la ciudad de un millón de colores, desde principios de año estaba en marcha un duelo constante entre dos grupos de jóvenes. Uno ya estaba en la promoción y otro en la Pre. La Directora se hacía de la vista gorda para no quedar en evidencia sus limitaciones ante Castillín y Zuñiguín.

Tras varios días de tensión, de amenazas y zarandeos, un lunes se declararon la guerra. Ya estaban cansados de tanto escarceo, así que se dijeron: “De una vez, a la calle”.  Para ser sinceros, Castillín era un niño de pocos amigos, algo cerrado, pero sabía que podía darse algunos gustos. Y no lo dudaba.

Zuñiguín era chico duro, de barrio, arriesgado. Lo que tiene lo ganó a costa de peleas. Era temido porque tenía prácticamente el control de todo. Y Castillín era su objetivo permanente.  No sabía por qué, pero no le agradaba.

Castillín también estaba cansado de las paradas de gallo de Zuñiguín, así que decidió retarlo a un juego de guerritas con sus soldados y todos los implementos de una verdadera guerra.

Era las 12:00, faltaba media hora para el timbre de salida. Y ya estaban acomodados los tanques, los soldados, las armas y las canicas. El ganador se llevará el Ejército del otro, tendrá el control de la unidad educativa y el perdedor se cambiará de cole.

La batalla empieza. Zuñiguín tiene todas las de ganar porque tiene artillería, soldados de élite, uno que otro francotirador. Además de una barra de leales amigos.  En cambio, Castillín decidió enfrentarse solo.

Ambos lanzan las canicas derribando soldado tras soldado. Castillín va perdiendo,  Zuñiguín toma terreno y gran parte del alumnado se alarma, porque ya conocían al camarete. Vestido de verde oliva, el chico de la Pre derriba un tanque, pero tiene dudas porque casi ya no tiene soldados.

Rinnnnnnng Riiiinnnnng. Suena el timbre de salida y paraliza la jugada, las camaraditas del Bachiller vestido con traje de camuflaje, se van porque sus padres los esperan en la puerta.

Zuñiguín se queda solo contra Castillín. Es momento de la batalla final, de los pocos soldados verdes contra los azules. En el patio, hay muchos caídos, Zuñiguín está a un paso de dar la estocada final, pero aparece su madre, quien lo saca del colegio a punto de gritos y un jalón de orejas.

El hijo suplica a su madre que le dé unos minutos, pero no le escucha y el futuro bachiller corre al baño y se encierra. Castillín toma el control del colegio. Va hasta el baño para decirle: "Zuñiguín salí... salí... Entrégame tus tropas".

Resignado y con los ojos hinchados de tanto llorar, entrega a sus soldados y le pide a su madre cambiarlo de colegio, ya que perdió todo… hasta la dignidad.

Castillín salta de felicidad y cuando llega su padre le cuenta todo y recibe una felicitación y el adelanto de una mesada. Pero el muchacho no sabía que, en realidad, su papá armó este problema para que la imagen de su hijo sea más popular. Su progenitor pagó a la madre de Zuñiguín para que se lo lleve del colegio, le entregó nuevos juguetes y algo de dinero para que todo salga como fue planeado.

Nadie salió dañado, solo un centenar de niños resultaron estresados por el destino del colegio y Zuñiguín que tuvo que irse a un cole sin prestigio.

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