Imposible no escribir nuevamente sobre la economía boliviana luego de una avalancha de noticias en relación al tema, todas girando en torno a una variable que, pese a su altísima gravitación para el crecimiento del PIB, no ha merecido la mejor de las atenciones: el comercio exterior.
“BBC subraya claves del éxito económico de Bolivia, país que más crece en América del Sur”; “Banco Mundial: demanda interna en Bolivia es insuficiente”; “La economía creció 3,94%; no habrá doble aguinaldo este año”; “Empresarios piden medidas para evitar la desaceleración”; “Empresas de Bolivia están aliviadas por no pagar el doble aguinaldo de Navidad”; “Banco Mundial prevé alza de precios de las materias primas para 2018”; “Empresarios esperan que en 2018 mejore el crecimiento económico por el precio del petróleo”; “Con base en el dinamismo externo, Bolivia proyecta mayor crecimiento para 2018” y “Bolivia registró un déficit comercial saludable a septiembre de este año”.
Por donde se mire, todas las notas abordan directa o implícitamente un aspecto clave -las exportaciones- para explicar la expansión económica por más de una década, como destacó la BBC de Londres; o, lo dicho por el Banco Mundial -que la demanda interna es importante pero no suficiente para un crecimiento sostenido- así como su pronóstico que el 2018 nos podrá ir mejor, porque las materias primas que exportamos podrán subir de precio; igualmente, para explicar por qué el crecimiento interanual del 3,94% no llegó a superar el 4,5% para gatillar el pago de un segundo aguinaldo este año; o, el reiterado clamor empresarial de apuntalar la exportación, para crear empleos perdurables; así como la mirada puesta en el sector externo, por mejores días en el 2018; y, el déficit comercial a septiembre, de casi 900 millones de dólares.
El hecho que Bolivia haya crecido como lo hizo desde el 2004 -por más del 4% anual (excepto el 2009), incluso del 5% y 6% (año 2013)- tuvo que ver con la demanda interna, es cierto, pero también con los ingentes superávits comerciales que acumularon 17.000 millones de dólares del 2004 al 2014 gracias a las colosales exportaciones que siempre superaron a las importaciones, hasta el año 2014. Pero esto cambió y en menos de tres años el déficit suma 3.000 millones jalando el PIB hacia abajo, ya que las importaciones superan a las exportaciones.
La pregunta del millón es…¿por qué no hacemos lo que sabemos hacer bien -producir con biotecnología para exportar más alimentos- y con ello crecer al 7%?
(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional
Santa Cruz, 8 de noviembre de 2017