Diciembre 30, 2024 -H-

El trasfondo del perturbador mural de Mujeres Creando

En realidad, detrás del fiasco de Mujeres Creando está el descalabro de una política que intenta volvernos posmodernos sin antes haber conocido las delicias del modernismo, esto en desmedro de las aspiraciones y expectativas de la mayoría de la población y en provecho de una élite que no tiene empacho en mimar cualquier moda, pues es así como hasta ahora se ha mantenido en los espacios de poder que ha usurpado al pueblo.


Martes 18 de Octubre de 2016, 5:15pm






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La novena versión de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Bolivia se inauguró en La Paz con un escándalo, debido a un mural crítico con la Iglesia católica y el Estado, obra del grupo feminista “Mujeres Creando”.

Ese mural, pintado en las paredes externas del Museo Nacional del Arte en pleno centro de esa ciudad, mostraba entre otras lindezas a un Cristo cargando una cruz de penes, un cardenal en plena masturbación y una Virgen que invita a pecar.

Si esa obra tenía como finalidad —en palabras de la animadora de ese grupo, María Galindo— “remover y hacer temblar nuestros imaginarios sociales”, lo consiguieron, pero sin lograr una discusión política que redunde en victoria para la causa que defienden y en honor para sus artesanas, pues las autoras del mural fueron apabulladas por una reacción popular mayoritariamente fustigadora de sus posiciones y de la manera cómo las expresan, reacción que concluyó cuando una multitud embardunó su mural en medio de cánticos de Ave María.

¿Qué conclusiones extraer de ese acontecimiento, aparte de verificar el aislamiento social de ese tipo de feministas y constatar que somos una sociedad mayoritariamente conservadora?

Previamente, debemos tener en cuenta que esa iniciativa repite obcecaciones “artísticas” de María Galindo. En una reciente columna de un importante periódico de La Paz, ella muestra ese mural como algo que se resistía producirse pese a las obsecraciones del curador de la Bienal. Mujeres Creando habrían cedido a condición de que consintieran los muros externos, pues así no se camuflaría “nuestra fuerza expresiva bajo el manto protector y permisivo de la institución arte”.

Sin embargo, el 2010 esa fuerza expresiva contó con ese manto protector y permisivo, cuando la exposición «Principio Potosí: ¿Cómo podemos cantar el canto del Señor en tierra ajena?», patronada por la reina de España en el mismo museo, presentó como arte la insistente y perturbadora idea fija de María Galindo: uno de sus grafittis, al lado de un cuadro colonial de la Virgen María, rezaba: “Ave María, llena eres de rebeldía”, y un video mostraba a María como “La Virgen Barbie”. Quizás ello rsultó intrascendente en muros interiores, buscando mayor éxito en muros exteriores.

La socarronería anti religiosa de María Galindo es tanto más interesante cuanto ella misma confiesa, según una entrevista de Amalia Pando, que se hizo pasar por novicia para escapar a una supuesta persecución política el año 1985, habiendo terminado en una universidad del Vaticano y en una residencia de monjas donde “la trataron con mucho respeto y cariño”.

Verosímilmente hay en todo esto un trauma religioso. El 2 de junio de 2005 María Galindo y otras de su grupo se inmiscuyeron en una marcha campesina, a la altura de la Plaza San Francisco, intentando lavar los pies de las mujeres marchistas. Fueron repelidas y chicoteadas por los aymaras —en un momento de mayor conciencia de reivindicación étnica— que no entendían la sutileza de esa acto por parte de mujeres q’aras y pequeño burguesas. Galindo buscaba lavar los pies de indígenas cuando, en una nota del año 2015, criticó a Juan Pablo II haber intentado frenar la protesta obrera lavando los pies de una mujer minera durante su visita a Bolivia el año 1985.

Se ha intentado defender la iniciativa de Mujeres Creando como si se tratara de un acto de insubordinación a los cánones imperantes y de protesta social. En realidad, la verdadera insubordinación viene de parte de quienes embadurnaron el mural de María Galindo, pues la institucionalidad artística, la academia, la cooperación internacional y las mismas políticas de gobierno tienden a convertir en oficial y legítimo los desvaríos posmodernistas, y no solamente en los murales “artísticos”.

En realidad, detrás del fiasco de Mujeres Creando está el descalabro de una política que intenta volvernos posmodernos sin antes haber conocido las delicias del modernismo, esto en desmedro de las aspiraciones y expectativas de la mayoría de la población y en provecho de una élite que no tiene empacho en mimar cualquier moda, pues es así como hasta ahora se ha mantenido en los espacios de poder que ha usurpado al pueblo.

 

* Pedro Portugal Mollinedo es director de Pukara y analista de temas indígenas en Bolivia.

 

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