El año 2024, Bolivia cerró con una inflación acumulada o anual del 9,97%, la más alta de los últimos 16 años, es decir durante el periodo 2009 al 2024. Sin embargo, esta situación fue similar a nivel regional, donde las ciudades capitales, metrópolis o conurbaciones presentaron la misma característica, a excepción de Tarija Capital, que el año 2017 presento una inflación anual del 11,73%.
Haciendo un breve ranking, Cobija se ubico en el 1er puesto con 13,79%, la mayor inflación acumulada en el 2024, en el 2° lugar está Potosí con el 12,18%, y en el 3er lugar se posesiono Trinidad con un 11,26%, en 4to lugar se ubica Tarija Capital con 10,58%. De ahí viene la Conurbación de La Paz (10,11%), Región Metropolitana Kanata (10,02%), Conurbación Santa Cruz (9,72%), luego Sucre (8,91%) y finalmente Oruro (8,69%).
Aunque cada región, tiene sus propias características económicas y sociales, y por ende de mercado y de variación de precios, la situación y tendencia inflacionaria es común a la del país en su conjunto. El año pasado, por la falta de carburantes y sobre todo por un dólar escaso y caro, influyo en el encarecimiento de la producción y comercialización de bienes y servicios a nivel local, afectando notablemente el poder adquisitivo de su población. Las perspectivas para este 2025 no soy muy positivas, los problemas inflacionarios continuarán esta gestión mientras no se resuelvan de manera estructural la crisis que vive Bolivia, y la política este por encima de lo económico, bajo un entorno de incertidumbre y pesimismo.
