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Medinaceli

Fue algo más que un “notable escritor boliviano”, como reza la placa en la casa en la que nació.


Viernes 12 de Enero de 2018, 12:15am






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Este año es el del centenario de Gesta Bárbara ya que se recuerda la insurgencia, en Potosí, del movimiento cultural de ese nombre, de manera formal, el 16 de junio de 1918.

Y enero es el mes de Carlos Medinaceli quien fue, junto a Gamaliel Churata, uno de los puntales de Gesta Bárbara.

Nació en Sucre el 30 de enero de 1898. Su mayor biógrafo, Mariano Baptista Gumucio, señala que “fueron sus padres Francisco Medinaceli Villegas y Carmen Quintana Carrasco. Hizo sus estudios primarios en su ciudad natal y hasta el año 1914 siguió allí la Secundaria (que concluiría en Potosí, en el colegio ‘Pichincha’)”

“En 1917, Carlos figura ya como profesor de la Escuela Municipal de Cotagaita; al año siguiente va a La Paz, donde cumple con el servicio militar, por tres meses, siendo relevado por su miopía. El mismo año, en Potosí, junto al puneño Arturo Peralta (alias Juan Cajal y Gamaliel Churata) conjunciona a un grupo de jóvenes bajo el nombre de ‘Gesta Bárbara’ y publica el primer número de la revista que lleva su título. Al año siguiente, obtiene el primer premio de los juegos florales convocados en Potosí con su poema ‘Las voces del silencio’. Hasta entonces habíase considerado poeta pero una crítica publicada bajo seudónimo causa tal impacto en su ánimo que no vuelve nunca más a escribir versos”.

Todos esos párrafos, tomados del libro “Atrevámonos a ser bolivianos, Vida y epistolario de Carlos Medinaceli”, de Baptista, proporcionan algunos de los datos del escritor que es más recordado por su novela “La Chaskañawi”.

Considerada, de inicio, una novela costumbrista, es, más bien, una declaración de principios de su autor cuya crítica a la sociedad hipócrita y conservadora lo caracterizó en vida.

“La Chaskañawi” es la novela boliviana que más ediciones legales ha tenido y es una de las más estudiadas por los profesionales en Literatura. Hablar de ella amerita tiempo y espacio aparte.

El supuesto carácter autobiográfico de la obra es una de las polémicas que giran en torno a ella. Todavía se insiste, particularmente en Cotagaita, en que la mujer que inspiró a “Claudina” realmente existió y la Alcaldía de ese municipio difundió recientemente una fotografía suya.

Adolfo Cáceres Romero dice que “con Carlos Medinaceli heredamos no solo una de las novelas fundamentales de la narrativa boliviana, como es ‘La Chaskañawi’ (1947), sino también su percepción de la literatura boliviana de su tiempo”.

Medinaceli no creía en el regionalismo que todavía se cultiva en varias ciudades del país. Nació en Sucre pero desarrolló parte de su vida en Potosí, ciudad a la que asumió como propia. Ya en su tiempo, la primera mitad del siglo XX, expresó su preocupación por la falta de creación literaria en la Villa Imperial. “Cada día estoy comprendiendo, más angustiosamente, que lo que más urge en nuestro pueblo es despertarlo a la vida de la cultura, crear la vida espiritual de la nación. No por la guerra, ni por la riqueza minera, ni otros bienes materiales, hemos de ser una gran nación si en medio de una cartaginesa opulencia no hay espíritu”, escribió. Con la sinceridad que tantos enemigos le acarreó, también apuntó que “allí nadie compra libros, más si se trata de un autor del lugar”.

Murió en La Paz el 12 de mayo de 1949. Baptista apunta, entre otras cosas, que el escritor fue bisnieto del héroe de la Batalla de Tumusla, Carlos Medinaceli Lizarazu. Falleció en el número 712 de la calle Jenaro Sanjinés de La Paz.  

Fue algo más que un “notable escritor boliviano”, como reza la placa en la casa en la que nació.

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

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