Enero 14, 2025 -H-

El mar nuestro y otras verdades

Si asumimos que la esperanza nunca se pierde, vale ser optimistas y creer que las clases media y alta, esa gran masa que navega en las redes sociales tendrá la capacidad de hacer a un lado las mentiras y realizar las comparaciones necesarias para establecer una verdad completa y argumentar su posición política sin necesidad de caer en el odio más obtuso,


Miércoles 14 de Marzo de 2018, 9:30am






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A horas de conocer cómo nos irá en un nuevo capítulo de la Demanda Marítima en La Haya, es imposible evitar realizar algunas consideraciones en torno a este tema, especialmente a partir de las reacciones que se han generado en el lado opositor.

La oposición _a partir del 21 de febrero y el canto de sirena que significó su visibilización como una fracción iracunda, radical y extrema opositora,  ante el vacío y abstracción de su posición_ estuvo buscando una nueva excusa para canalizar el odio que siente contra el Presidente Evo y todo lo que rodea. Fue precisamente Jaime Paz Zamora quien les abrió esa puerta, desatando toda su furia también exponiendo los niveles de incoherencia a los que es capaz de llegar.

Una de las primeras reacciones fue la de calificar a la bandera marítima como un trapo masista,  al no tener buena acogida, decidieron atacar la presencia de la whipala, exacerbando una vez más sentimientos racistas, negando como siempre todo lo avanzando en temas de inclusión social,  fortaleciendo el mensaje de la vieja república presa del colonialismo más absurdo.

Otro elemento que utilizaron fue el de relacionar la acción del banderazo con su obsesión china, señalando que la tela era de esa procedencia y además de contrabando, siguiendo la línea racista y discriminadora que van fortaleciendo desde que Evo llegó a la Presidencia. La oposición está generando una animadversión tan dura no solo contra China y los chinos, porque el viejo canto de la venezolanización ya se agotó, asumiendo que se trata de dos coyunturas políticas y económicas radicalmente opuestas.  Hablan de China, porque así pueden sostener los viejos miedos infundados contra el comunismo, socialismo, Cuba y Rusia.

Por su parte, la clase política, especialmente sus líderes, a más de Paz Zamora, optaron por callar, pero mandaron a sus rabiosos seguidores para sembrar la cizaña tanto política como mediáticamente contra la demanda, empezaron a hablar de los gastos que en teoría ocasionaba el banderazo, como siempre sin pruebas en las manos, dijeron que esas acciones se estaban haciendo con el dinero de nuestros impuestos, plantaron la media verdad, que necesitaban para que se genere la especulación que tanto aman y necesitan.

Otro argumento que intentaron sostener fue el de comparar la sumatoria de los metros de tela con tratamiento contra el cáncer en niños. Como es de esperar esta comparación provoca reacciones de distinta índole, están manipulando los sentimientos de muchas personas que pueden estar o no de acuerdo con la gestión de Morales, pero al anteponerlo con algo tan delicado como la salud de los menores, la reacción negativa se refuerza y genera la censura. En los hechos, el paralelismo no es real, es como mezclar frutas con adoquines.

Si se trata de gastar lo que se invierte en una bandera en salud, no tendría sentido entonces contar con un Ministerio de Salud, con los presupuestos asignados, la planificación y construcción de hospitales de primer, segundo, tercer y cuarto nivel, ni qué decir de los tres centros de medicina nuclear, pero claro, la sociedad no tiene la obligación de conocer este detalle, por eso la oposición aprovecha de su desconocimiento para generar una reacción negativa contra Evo.  

Seguro que se podrá retrucar estas afirmaciones,  señalando que este esfuerzo no es suficiente, nada más cierto, mucho más si aceptamos que el Proceso de Cambio encontró la realidad hospitalaria que dejó el neoliberalismo prácticamente en cero, además de enfrentarse a una férrea oposición de mandiles blancos que está en contra de toda mejora,  empezando por trabajar más horas. Como se puede ver, si entramos al detalle se puede detectar con claridad las mentiras de la oposición.

Los opositores también  empezaron a decir, que los metros de tela azul del “Banderazo”, “casualmente” del color del MAS (como si el mar no fuese de ese tono),  serán convertidos en millones de banderitas para la campaña de repostulación de Evo, cuando en los hechos las Fuerzas Armadas, serán quienes cuiden y la protejan.

Finalmente, Tuto Quiroga, preso de la rabia, anuncia públicamente contaminar el hashtag  #MarParaBolivia, con un “Dijo No”, en un acto de desesperación por conquistar el liderazgo de la oposición en Bolivia, asumiendo que les será de buen grado reconocerlo como su líder y que no recordará que quién va en contra de la Demanda Marítima es el heredero del banzerismo.

Si asumimos que la esperanza nunca se pierde, vale ser optimistas y creer que las clases media y alta, esa gran masa que navega en las redes sociales tendrá la capacidad de hacer a un lado las mentiras y realizar las comparaciones necesarias para establecer una verdad completa y argumentar su posición política sin necesidad de caer en el odio más obtuso, de  atacar a uno de los factores no solo de unidad, también de soberanía y dignidad más importantes que tiene el país, como lo es nuestro mar, mientras tanto la única respuesta válida ante tantas mentiras son los miles de bolivianos que ondearon la bandera marítima y corearon “Mar para Bolivia” con todas sus fuerzas aquel histórico sábado 10 de marzo.

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