Los actos de celebración organizados por los 33 años de vida, dividen en dos a la ciudad más joven del país, los que apoyan a la Alcaldesa Chapetón y los que levantan la bandera del Proceso de Cambio, parte del desorden institucional que aún cunde en el segundo municipio más poblado del país, pues debería ser el Gobierno Autónomo Municipal el que organice este tipo de actividades.

Este desorden, que llega al caos en varios aspectos, emerge como característica de la ciudad de El Alto, ciudad considerada como ejemplo emblemático de un rápido proceso de urbanización en el país y Sudamérica.

Sin embargo, este vertiginoso crecimiento poblacional, fruto de la migración constante de la población rural adyacente del departamento, de otros municipios del país e incluso del vecino país del Perú; derivaron en la composición de asentamientos informales y carencia de servicios básicos, lo cual no mejoró la calidad de vida de sus habitantes, convirtiéndose más bien, en uno de los municipios más pobres del país, si lo comparamos con los municipios capitales de departamento.

El segundo municipio con más habitantes

De acuerdo al Censo realizado en 2012, el municipio de El Alto cuenta con una población de 860.062 personas, lo que lo convierte en el segundo municipio más poblado del país (después de Santa Cruz, que cuenta con aproximadamente 1,5 millones de habitantes).

Asimismo, en el tiempo que medió entre los censos 2001 y 2012, el municipio de El Alto creció en 210 mil personas, un 32%; esto equivale a más de 53 mil familias. Por otro lado, de acuerdo a proyecciones del INE, en 2017 El Alto contaba con 912.206 habitantes, lo cual significaba que otras 13 mil familias se habían instalado en él en los anteriores cinco años.

El Alto en el área metropolitana del departamento de La Paz.

Censos 1992-2012

El gráfico muestra que la población de El Alto se incrementó en 110%, es decir, en más de 450 mil habitantes, en 20 años. En contraste, en el mismo tiempo, el municipio de La Paz creció en sólo 9%, y entre los empadronamientos de 2001 y 2012 la población de la hoyada decreció en 2%. Esto significa que alrededor del 31% de los habitantes del departamento y el 48,3% de los habitantes del área metropolitana viven en este municipio.

La pobreza no ha sido superada

Los datos generados por el Censo 2012 y la Encuesta de Hogares 2015, dicen que a pesar de los años de bonanza vividos entre 2006 y 2014, en los que se obtuvo ingresos en una cantidad que nunca antes había percibido el Estado, las estadísticas sociales y económicas del municipio de El Alto, muestran todavía muchos problemas sin superar.

De acuerdo al Censo 2012, por ejemplo, los datos nos muestran que el 28,5% de la población del área metropolitana de La Paz vive en la pobreza y que el 14,3% de los habitantes del municipio de La Paz se encuentra en esta situación, cifra que empeora significativamente cuando se trata del Municipio de El Alto, pues los datos muestran que un poco menos de 300 mil alteños viven en la pobreza (el 36%).

Solo el 26,8% de los habitantes del municipio cuenta con sus Necesidades Básicas Satisfechas y otras 300 mil personas, el 37,2% de la población, están en el “umbral de la pobreza”, es decir, viven en situación vulnerable, en riesgo de volver a engrosar la población pobre si continuara el proceso de desaceleración en la economía del país. Finalmente, se observa que más de 30 mil personas viven en El Alto en la indigencia y la marginalidad.

Población El Alto por Necesidades Básicas Insatisfechas (Censo 2012)

En relación a los municipios capitales, El Alto es la segunda ciudad más pobre, luego de Trinidad. Este porcentaje también diferencia a El Alto de los municipios del eje central del país, que cuentan con la mayor cantidad de habitantes y poseen porcentajes de población en condición de pobreza significativamente menores.

Población pobre de los municipios capitales + El Alto  (Censo 2012)

Mala administración municipal

A estos problemas, hay que adicionar la mala gestión municipal de los alcaldes, principalmente de las que antecedieron a la administración actual, que fueron incapaces de ejecutar la inversión de manera eficaz y menos, eficiente; eso muestra la ejecución presupuestaria de la gestión del MAS en El Alto entre 2010 y 2014, que alcanzó apenas un promedio anual del 61%.

Esta ejecución estuvo entre las más bajas del nivel municipal (entre municipios capitales) y significó que en promedio se cumpliera apenas el 40% de la inversión pública presupuestada entre el 2010 y el 2014.

A este hecho de mala administración de la gestión del ex Alcalde Edgar Patana, hay que sumar el derroche de dinero a través del clientelismo político, la infraestructura deficiente, poco acceso a servicios públicos, educación y salud; además de la entrega de obras por parte del Nivel Central de Gobierno no planificada, ni coordinada con el municipio, lo cual  no han paliado las necesidades de los habitantes, y muchas, al contrario, se convirtieron en elefantes blancos.

En contraste, la gestión de la actual Alcaldesa logró un promedio de 77,7% de ejecución presupuestaria entre el 2015 y 2017; ejecutando, en 2017, un 85,7% de ejecución, récord histórico en la gestión municipal de El Alto.

Evolución de la ejecución presupuestaria 2010-2017

Fuente: MEFP.

Mayor confianza ciudadana

Otro récord conseguido por el GAMEA en 2017 fue la generación de recursos propios (impuestos a inmuebles, vehículos, Patentes, Tasas y otros), los cuales ascendieron a 319 millones de bolivianos en la gestión; lo cual significa que la gestión actual muestra una mayor eficiencia administrativa con la implementación de programas de amnistía tributaria de  y una mayor cultura tributaria de la población alteña.    

Estos 319 millones recaudados, fueron 40% mayores que los del año anterior; y más del 100% mayor que la recaudación promedio durante la gestión del exalcalde Patana, que fue de alrededor de 160 millones de bolivianos por año.

Estos ingresos son vitales para cualquier municipio y mucho más para municipios tan grandes y con tantas carencias como el alteño, pues genera sostenibilidad financiera y compensa las grandes reducciones de las transferencias de recursos provenientes del nivel central de gobierno, por concepto de Coparticipación Tributaria e IDH.

Evolución de los recursos propios 2010-2017 (en MM de Bs)

Fuente: MEFP.

Insuficientes recursos y el Pacto Fiscal

Lastimosamente, a pesar de la importancia de la ciudad de El Alto en el contexto político actual, no sólo no recibió en la época de bonanza económica del país, un monto equivalente -per cápita y a las crecientes necesidades- a otros municipios del país, sino que fue uno de los municipios que menos se benefició de la exportación de hidrocarburos y los altos precios internacionales, a través de las insuficientes transferencias estatales, que cada año son menores.

Es evidente que los recursos que actualmente percibe El Alto por concepto de transferencias son cada vez más insuficientes. Por lo cual, es importante exhortar a las autoridades correspondientes, la necesidad de contar con una nueva distribución de recursos de coparticipación y de la renta hidrocarburífera; esto, en el marco de compensar a los municipios capitales con mayor pobreza o áreas metropolitanas que aglomeran grandes cantidades de población y no cuentan con la posibilidad financiera de cumplir con las competencias sociales y de desarrollo económico enmarcadas por Ley.

En este sentido, es necesario re-encausar la discusión del Pacto Fiscal en el Consejo Nacional de Autonomías, cuyas conclusiones fueron totalmente vanas y enunciativas, y que no cambia principalmente, la extrema inequidad presupuestaria entre el Nivel Central de Gobierno y las entidades autónomas.

El paso que se dio con una mayor eficacia del gasto de los recursos en la actual gestión municipal, es un buen inicio, pero no suficiente; pues es muy importante lograr una administración que ejecute la inversión pública de manera eficiente.

Esto, sólo puede lograrse a través del financiamiento de todos los niveles de gobierno (gobierno central, gobernación, municipio, universidad) en base a un proyecto de desarrollo global y conjunto para el municipio de El Alto, que esté dirigido a atenuar las verdaderas necesidades y carencias del municipio. Proceso que a corto plazo parece imposible lograr, pues si las mezquindades políticas no consiguen un acuerdo mínimo para desfilar juntos, menos se podrá elaborar un proyecto recurrente pensando en la ciudadanía.

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